PDF ¿ESTÁS SOLO EN LA PAREJA Y EN EL MATRIMONIO? EN VENEZUELA

¿Solo en la vejez? ¡Vivir en la unidad!
Tú no estás solo. Dios está contigo.

Muchos son de la opinión de que a la naturaleza humana pertenece el hecho de que “el ser humano no debería estar sólo” Por ello muchos aspiran a formar parejas o tener amistades íntimas, o se tiene el deseo de formar una familia.
Más de algún lector puede que objete que sí, hay también “buenos matrimonios”. Los hay pocos, muy pocos. ¿Por qué? Porque justamente en esta Tierra “el amor” casi siempre se refiere a una persona y a lo personal.
El intercambio tiene lugar de ser humano a ser humano. No es el encuentro en Dios.
El matrimonio que Dios quiere es el vínculo en una profunda unidad de a dos. Los esposos se encuentran unidos en Dios. Ambos se sienten unidos de corazón y cada uno de los dos ha alcanzado en su interior a Dios, el amor y la unidad. Esa profunda unión en Dios la personifican también en su comunidad, en el matrimonio y en la familia y se prestan ayuda mutua en el cumplimiento diario de sus tareas a favor del prójimo, del bien común, lo que significa: Bienestar para todos en pensamientos, palabras y en un hacer todo en la voluntad de Dios.
Muchos solteros están buscando amor, felicidad y acogimiento, incluso cuando piensan que no tienen que tomar el “amor” demasiado en serio.
Mirándolo bien, en realidad todas las personas están realmente en busca de algo. Lamentablemente los más, no saben qué es lo que en verdad están buscando.
El principio causal es el principio de la atracción. Y dice: “Igual atrae a igual” o: “Los iguales se atraen”
Venimos, así como personas a aquellas personas con las cuales, visto anímica y corporalmente, tenemos parentesco, de acuerdo con lo que hayamos introducidos en nuestro interior, para purificar aquello que como carga ha de volverse activo para esta encarnación, es decir, lo que se manifiesta en esta encarnación. Esto significa que venimos con la tarea de reparar lo que, en anteriores existencias, en anteriores encarnaciones, hemos causado e infligido a los demás. La carga que surte efecto se manifiesta como un imán que junta a los padres y al niño, o al hermano con el hermano o a nosotros con personas con las cuales nos irritamos enormemente, sea en el puesto de trabajo o en otros ámbitos.
Que se entienda bien: No se trata de considerar sin importancia tus sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos. Por el contrario: aprende a investigar el mensaje que hay en todo. Toda la vida terrenal tiene que llegar a ser un aprendizaje.

IBSN: 978-3-89201-784-4